lunes, 26 de septiembre de 2011

La fusión del manto Laurentino y su influencia sobre el clima

Desde que acabó la última glaciación, el calentamiento del planeta ha sufrido algunos vaivenes, como el Dryas reciente o el enfriamiento de hace 8.200 años, ambos relacionados con la fusión del manto Laurentino, un casquete polar que cubría la parte oriental del Canadá y del Norte de los Estados Unidos. Para entender correctamente estos eventos climáticos, es interesante saber cuales fueron las etapas de esta fusión. Pero antes veamos qué huellas dejan los glaciares al irse fundiendo.

Las huellas de los glaciares

Los glaciares dejan depósitos sedimentarios: las morrenas, que están relacionadas con el movimiento del hielo, y los depósitos fluvio glaciales, que están relacionados con el deshielo. Las morrenas, entre otros, son buenos indicadores de la posición del frente glaciar. Por lo tanto, con una datación correcta de estas morrenas, se puede rastrear el movimiento de un frente glaciar.

Por otra parte, sabemos que el peso de un glaciar produce una depresión de la corteza terrestre. Cuando se produce la fusión del frente glaciar, la elevación del nivel del suelo por el reajuste isostático no es instantánea, sino que es gradual, dejando una depresión llamada pro-glaciar. El agua del deshielo del glaciar se acumula en estas depresiones (que son a la vez el resultado de la excavación hecha por el glaciar y de la sobrecarga impuesta por el peso del glaciar) para formar lagos pro-glaciares.


Los depósitos sedimentarios de estos lagos (arena, grava, lodo) también contribuyen a conocer la historia de los movimientos del frente glaciar, siempre que estén datados correctamente, lo que no siempre es fácil. Estas dataciones se hacen principalmente por el método del carbono 14, pero pueden emplearse también otros métodos, como los anillos de crecimiento de los árboles y el paleomagnetismo (inversiones magnéticas).

De esta manera se ha conseguido reconstituir la historia del retroceso del frente glaciar Laurentino desde el final de la última glaciación al principio del Holoceno, retroceso que comenzó hace unos 15.000 años.

El manto Laurentino

Una gran parte de América del Norte estuvo recubierta de una inmensa masa de hielo durante la última glaciación, que se extendió hasta el sur de los Grandes Lagos, como lo muestra el siguiente mapa. Se trataba del manto o inlandsis canadiense o Laurentino (un indlandsis, casquete de hielo o manto de hielo es un territorio cubierto de hielos de dimensiones continentales; se localizan en latitudes extremas con una extensión convencional de más de 50.000 km²; en la actualidad estos casquetes de hielo solo cubren la Antártida y Groenlandia), al que se unían el manto de la Cordillera, el manto Innuit y el manto de Groenlandia.



En este manto Laurentino se distinguían tres centros de glaciación, desde los que el hielo fluía hacia diferentes direcciones: los centros del Labrador, del Keewatin y de Baffin. Los espesores de hielo de la Bahía de Hudson llegaron a alcanzar los 5.000 metros. Al acabar la última glaciación se fue abriendo un estrecho paso, libre de hielo, entre los mantos de la Cordillera y Laurentino, sin duda el paso utilizado por los primeros hombres venidos de Asia para colonizar el continente americano, hace unos 12.000 años.

El manto Laurentino es el mayor manto de hielo conocido que hubo en la tierra. Es probable que se extendiera más allá del Escudo Canadiense durante la primera etapa de la última glaciación (de 80.000 a 65.000 años antes de ahora), pero fue algo menor durante el período medio de la última glaciación (de 65.000 a 23.000 años antes de ahora). Volvió a crecer para llegar a su último máximo, y probablemente el de mayor superficie, durante la primera parte del final de la última glaciación (de 23.000 a 18.000 años antes de ahora). La erosión causada por la capa de hielo durante la última expansión y el retroceso correspondiente han eliminado gran parte del registro geológico de eventos anteriores por lo que sólo se conoce bien la historia de la capa de hielo del final de la última glaciación (de 23,000 a 10,000 años antes de ahora) y del Holoceno (desde hace 10.000 años hasta la actualidad).

Su peso deprimió centenares de metros la corteza de la tierra, dejando grandes zonas bajo el nivel del mar, mientras que el volumen de agua retenida en la tierra en forma de hielo disminuía el volumen de los océanos del mundo y bajaba el nivel del mar.

Hace unos 18.000 años, la extensión del manto Laurentino era probablemente la mayor de toda la última glaciación. Una divisoria principal (divisoria = línea desde la cual los hielos fluyen en direcciones opuestas) se extendía desde el norte del Canadá hasta Labrador. El manto de la Cordillera estaba unido al Laurentino, aunque se puede ver, por sus divisorias, que se trataba de dos mantos distintos.

Hace unos 14.000 años, el manto Laurentino se había comenzado a retirar hacia el sudeste, donde el hielo se retiró desde Long Island a la actual frontera entre Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, los lóbulos James y Des Moines volvieron a avanzar unos 800 km, y este avance coincidió con un cambio de flujo del desagüe en las Grandes Llanuras. Por el sur, al manto de la Cordillera empezaba a separarse.


Hace unos 13.000 años, se consumó la separación física entre el manto de la Cordillera y el Laurentino. El retroceso de los hielos de las zonas que desaguaban en el Golfo de Méjico empezó a formar lagos pro-glaciares. Los lóbulos James y Des Moines desaparecieron.


El paso que se abrió entre los mantos Laurentino y de la Cordillera posiblemente fue utilizado por los hombres que llegaron de Asia a partir del estrecho de Bering, que entonces estaba libre de agua, ya que el nivel del mar era mucho más bajo que el actual.

Hace entre 13.000 y 12.000 años, el retroceso neto del Manto Laurentino fue más rápido que en el milenio anterior, llevando a la expansión de los lagos glaciares, entre los que destacan el Agassiz (en recuerdo del geólogo suizo Louis Agassiz, quien, al terminar su carrera en los Estados Unidos, fue el primero que propuso, en 1837, que los continentes habían conocido períodos en los cuales el hielo había cubierto extensiones mucho mayores que las de hoy en día) y el Algonquin. El lago Agassiz desaguaba en el Missisipi, mientras que el Algonquin desaguaba en el lago Iroquois, en la cuenca del Ontario: Este sistema se vaciaba en el mar Goldthwait, antecesor del golfo de San Lorenzo.

Una protuberancia meridional del manto Laurentino, el Lóbulo Superior, formaba la margen oriental del lago Agassiz. La falta de precipitaciones y el aumento de las temperaturas tuvieron como consecuencia que Lóbulo Superior y el manto Laurentino retrocediesen de manera inexorable. El lago Agassiz crecía continuamente, llegando a rodear el borde meridional del lóbulo.

Aprovechando el drenaje hacia el este, el lago Agassiz empezó a vaciarse. Primero fue una corriente pequeña, que fue excavando el suelo poco compacto, y rápidamente se convirtió en un torrente. En pocos meses, el lago Agassiz dejó de existir, salvo unos pocos vestigios, como el lago Winnipeg.

Este enorme flujo de agua dulce hacia el mar de Labrador flotaba sobre el agua densa y salada de la corriente del Golfo, impidiendo que el agua templada se enfriara y se hundiera: la circulación global se interrumpió, las temperaturas cayeron rápidamente en Europa, y los mantos de hielo escandinavos avanzaron.


El frío duró unos 1.000 años, hasta que la circulación oceánica recomenzó a funcionar. Probablemente lo hizo de forma tan abrupta como cuando se había detenido, en unos 50 años. Fue el Dryass reciente.

La desaparición del lago Agassiz desbloqueó las lluvias que venían del sudoeste, por lo que volvió a nevar sobre el manto Laurentino, que creció hasta volver a bloquear el drenaje hacia la cuenca del río San Lorenzo, formándose de nuevo un lago.

El retroceso del manto Laurentino hace entre 12.000 y 11.000 años fue sustancial al noroeste del lago Agassiz, pero mucho menor entre el lago Superior y Labrador.


Hace unos 10.000 años, los glaciares de la Cordillera no eran mucho mayores que los actuales, el lago Agassiz había aumentado, y el lago Algonquin se había vaciado abriendo una nueva salida en North Way, Ontario, zona que se encontraba entonces a un nivel mucho más bajo que el actual.

La divisoria principal del manto Laurentino desapareció, dando lugar a una mayor autonomía de las masas de hielo regionales.



Durante los mil años transcurridos entre 10.000 y 9.000 años antes de ahora, las masas de hielo del oeste retrocedieron más rápidamente que las del este. La fusión de lóbulo Michigan permitió al lago Agassiz comunicarse con el lago Ojibway, en dirección hacia el este.


Hace unos 8.400 años, el mar comenzó a entrar en la bahía de Hudson. Sin embargo, la cantidad de hielo del norte del manto Laurentino no disminuyó, probablemente debido a un aumento de las nevadas en esta zona. La zona sur de la bahía de Hudson llegó a entrar en contacto repetidamente con el lago Ojibway, lo que posibilitó un pequeño drenaje del conjunto lacustre Agassiz – Ojibway hacia en norte.


A partir de este período, el manto Laurentino empezó a colapsarse, enviando una importante cantidad de agua hacia el golfo de Méjico. Mientras tanto, la presa de hielo que separaba el lago Oibway con el mar rompió, el conjunto lacustre Agassiz – Ojibway se vació casi instantáneamente hacia el norte. Como en el caso del Dryass reciente, esta masa de agua dulce y fría interrumpió la circulación oceánica, dando lugar a un período de enfriamiento del clima, conocido como Mini Era Glacial, que duró unos 400 años, hasta que la circulación oceánica se restableció.

Este colapso del manto Laurentino desencadenó un rápido ascenso del nivel de los océanos en todo el mundo. Hace unos 8.200 años el nivel del mar del Norte aumentaba unos 46 mm anuales. Enormes porciones del sur de Escandinavia desaparecieron bajo las aguas, y Gran Bretaña se separó del continente. Las aguas del mar de Mármara estaban a punto de rebasar sur riberas, preludio de la inundación del lago Euxine para convertirse en el mar Negro, que ocurriría 600 años más tarde.

Hace unos 8.000 años, el manto Laurentino ya estaba dividido en dos, con el mar bien introducido en la bahía de Hudson.


Los mapas siguientes muestran la posterior reducción del manto Laurentino hace unos 7.000 y unos 5.000 años.













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